Los autógrafos de los Beatles y Elvis Presley son los que más se falsifican a lo largo y ancho de todo el mundo conocido, pues según datos del servicio de autenticación de memorabilia PSA/DNA, ni la mitad de los que se ponen a la venta pueden ser certificados como auténticos.
Les siguen en esta clasificación el astronauta Neil Armstrong (siempre reacio a las firmas por su inmensa fama, con un repunte significativo tras su fallecimiento el pasado mes de julio), el presidente de estadounidense John F. Kennedy y Michael Jackson.
Aunque los autógrafos de los cuatro Beatles juntos son muy codiciados, curiosamente los de sus primeros años no tienen demasiado valor en el mercado, y son los comprendidos entre 1967 y 1970, una vez ya fueron plenamente conscientes de su trascendencia, los que pueden venderse por interesantes sumas.
Para llevar a cabo la certificación de autenticidad se suelen utilizar contratos que debían ser necesariamente firmados por la celebridad, así como otros tipos de documentos oficiales. Porque claro, por ejemplo y tristemente, en ocasiones las fotos y cartas firmadas por la estrella estaban en realidad garabateadas por algún asesor o ayundate que pasara por allí.
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